En mi vida hay una constante: mi amor por los animales en general y por los perros en particular.
Recuerdo como se enfadaba mi padre (que era de enfado fácil) cuando estábamos sentados en alguna terraza comiendo gambas o helado y yo tocaba al "vagabundo" de turno que se acercaba a nuestra mesa pidiendo un poco de comida y sobre todo una caricia.
Lo primero que hice al independizarme fue ir a la "Protectora de animales" e indultar a un pobre huerfanito. En realidad fueron dos. Estaban juntitos con un cartel que decía: buscamos dueño
Lo que más me gusta de la fauna perruna es su inocencia. Es como tener un trocito de vida salvaje a tu alrededor. Sienta bien en estos días en que es un bien tan escaso.
Yo misma he perdido gran parte de la mía, España ha perdido la inocencia del "catetillo" que nos hacía tan amables y solidarios y el mundo ha perdido la inocencia a base de guerras preventivas y manipulaciones de todo tipo difundidas a los cuatro vientos por las agencias de noticias pagadas con recursos inconfesables.
Guau!!
sábado, marzo 17, 2007
Qué haría yo sin ellos......
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