sábado, febrero 10, 2007

Ostras, Pedrín!!

Condenada al ostracismo. Como los antiguos griegos.
No hago más que darle vueltas, pero no lo entiendo.
Hasta los habitantes del "corredor de la muerte" tienen padres que luchan hasta el final (esa llamada del Gobernador, que nunca ocurre).
Que hipotecan casas y negocios para pagar a abogados famosos que defiendan a "su hijo", aunque sea un asesino en serie.
Hasta los dictadores más sanguinarios son enterrados en olor de multitud, con discursos y declaraciones nostálgicas en el último adiós.
Hasta los torturadores son perdonados por sus parejas, que les dan segundas y terceras y enésimas oportunidades con grave peligro para sus vidas y las de sus hijos; si los tienen.

A veces me siento muy sola en este mundo lleno de criaturas ajenas. Los veo, me ven, convivimos, pero todo queda en nada. A mi no me interesan y yo a ellos no les gusto.
Trato de actuar como si no pasara nada, pero en realidad algo no va bien.
Es como cuando hueles a quemado y no ves nada fuera de lo normal, pero no puedes irte a dormir hasta saber qué está pasando.

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